En toda Centroamérica diariamente nos encontramos con personas que desean fundar su propia empresa. Sin embargo, no cuentan con seguridad jurídica ni documentación que acredite su propiedad, tampoco tienen fuentes de financiamiento y les faltan cosas tan básicas como una buena infraestructura -calles, acceso a internet o incluso electricidad- y por último los conocimientos básicos.

Trabajamos con aliados estratégicos en comunidades modelo para poner a disposición de todos las condiciones básicas. Porque los programas de ayuda social tan apreciados por muchos en Centroamérica ayudan a los pobres únicamente a corto plazo. El mejor programa social equivale a condiciones marco justas para las personas que no desean ni más ni menos que hacer realidad sus sueños.

En Centroamérica los consumidores y la economía soportan altos precios energéticos. Una razón importante para abogar por una mayor competencia en el sector energético, porque la competencia genera opciones, permite un mejor servicio, una mayor seguridad en el suministro – además de precios más bajos.

Nuestro enfoque es regional. Aun cuando con el MER (Mercado Eléctrico Regional) existe ya un mercado eléctrico común en Centroamérica, su potencial no se aprovecha al máximo. La regulación nacional hasta la fecha es demasiado diferente en cada país y las capacidades de transmisión no son suficientes.

Nuestro objetivo es el establecimiento de un mercado común diseñado de manera inteligente, que utilice de la mejor manera la apertura de mercado a la que aspiramos.

En este sentido cooperamos con contrapartes en México, país que a través de la reforma energética del año 2013 cuenta con planteamientos regulatorios muy avanzados y que puede llegar a ser un importante mercado para los proveedores Centroamericanos de energía.